jueves, 2 de diciembre de 2010

Cìclope

En tus manos
lo tangible de lo desconocido
se convierte en un silencio còmodo
que acaricia el pasto de una inercia cualquiera;
el afecto se vuelve
la respuesta natural a lo que dices
y la cercanìa hace a tus dos ojos
convertirse en copias solapadas,
cada uno del otro.
En la noche quedan restos
de la humedad de la tarde en mi pelo
y una falda sucia
impregnada con tu olor a tierra mojada.

martes, 16 de noviembre de 2010

Hola, amor

Pareces màs herido que hiriente,
te beso con los ojos abiertos,
me ciego
y te dejo entrar:
pupilas dilatadas que no se percatan
de las cicatrices,
juegan con fuego y renacen;
ruedo borracha por las escaleras,
me vendo,
advirtiendo que soy de segunda mano:
còmprame rota
que pierdo los remiendos
cuando digo tu nombre;
pierdo el aliento;
aterras al humanizarte
y quedo escondida
dentro de una cueva de carne
pero con unos ojos para pintarme
y unos labios para que los beses.
Pareces màs herido que hiriente
y tratas,
cautelosamente,
de acoplarte
a sitios distintos de mi anatomìa
para que no duela
cuando sin querer tropieces.

martes, 9 de noviembre de 2010

Eclipse

Tu nuca vacilante
en el centro del callejòn,
ese andar tan familiar.
Yo tenìa miedo y
te desplacè a otros brazos
y a un nuevo conflicto,
entonces reapareces en la madrugada,
una predecible coincidencia:
era hora de que ocurriera
entre tanta gente
el vèrtigo del reencuentro.

martes, 19 de octubre de 2010

Nad(e)ando

"Y cómo huir
cuando no quedan
islas para naufragar
al país
donde los sabios se retiran
del agravio de buscar
labios que sacan de quicio,
mentiras que ganan juicios
tan sumarios que envilecen
el cristal de los acuarios
de los peces de ciudad
que perdieron las agallas
en un banco de morralla,
que nadan por no llorar"
-"Peces de ciudad" de Joaquín Sabina


Con el eco de Sabina
a modo de arrullo entre las sienes
ella se repite que nada por no llorar,
y piensa a contracorriente
que se refiere a la inamovilidad
de esa contagiosa cobardìa,
la defensa perceptiva
de la indecisiòn...
y todo nos devuelve
a ese canto de autoconvencimiento
de poemas que se escriben
conjugando su nombre en secreto
entre llantos a escondidas,
inùtiles presentimientos
y ataques de ansiedad:
habiendo mas conformismo que conmociòn
se oyen canciones de desamor
con la intenciòn de consolar

viernes, 24 de septiembre de 2010

Doce

Cuando te conocimos eras el de los ojos color miel
de un aparente cristal angèlico.
Con los años eras el carismàtico,
de calidez y amistad inagotables,
el que reconciliaba a estas siete damas
con el otro gènero,
nuestro corazòn de hombre,
nuestro màs alegre compañero.
Siete dìas ya
e inagotables recuerdos;
la infamia de tus ojos ahora desesperanzadoramente cerrados,
el cèsped abrazando tu nombre de màrmol;
el tràgico y resignado adiòs a un hombre que siempre fue niño,
nosotros once, acà, extrañàndote;
la certeza de este mundo acà, necesitàndote...

a Erick Alfonso
06/08/1990 - 17/09/2010

martes, 14 de septiembre de 2010

Objetos familiares

Cruzo umbrales ajenos,
me limito a relaciones de apenas
unos pocos metros cuadrados.
celdas de desamor,
almohadas
en las que hundir el rostro
para asimilar recuerdos
de los que presumir.
Soledades autoimpuestas
o compañìas pasajeras.
Yo entre simbolismos
de raciocinios que desconozco,
de filosofìas de cartòn,
de ensueños inùtiles,
de pelìculas de amor.
Reflexiones innecesarias,
retrocesos,
indiferencia.
Cruzo umbrales rotos,
umbrales cerrados.
(In)decisiones quimèricas.
Libros viejos deshacièndose en mis manos.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Camas escritas

Me quieres
siendo beso o verso,
poema
o desnudez;
me quieres atada a rimar tus motivos,
con mi lengua conflictiva,
con amor en la entrepierna.
Quieres una eterna yo poetizando làgrimas
en la utopìa de una relaciòn.
Una eterna yo,
enternecidamente abandonada,
que entre sombras de ventiladores en movimiento
estè siempre escribèndote camas.
Pero yo,
yo soy responsable de mis abandonos
y los ùnicos versos que actualmente te escribo,
con excepciones, suelen ser prestados.

Los nombres

Nunca serà como le espero.
Le cambio el suelo a mis pies
desfalleciendo de pura necesidad.
Su falta de sinceridad,
su ausencia me ha hurtado el pecho.
De repente sè que soy libre
porque no asimilo mi tristeza:
el cuerpo de una mujer,
despuès de todo,
està hecho de evasivas.
Yo me he vuelto una evasiva,
de nuevo le cambio el suelo a mis pies,
se me escapa un 'tù' honesto;
entonces corro entre ventanas
y con mis ojos
azules de puro reflejo,
con mi amor
innecesario
y casi extinto
me percato horrorizada de que
èl se ha vuelto un sìmbolo.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Complicada y dolorosamente honesta

No sè si me estoy volviendo cìnica
o simplemente estùpida;
si estoy siendo pràctica
o me estoy tomando todo muy a pecho.
Hablo del pasado con tan fingida naturalidad
que mis gestos me delatan:
soy dolorosamente honesta conmigo misma.
Sigo adelante, reciclo ese sentimiento inùtil
que me hace pensar que quizà le extrañe.
Siempre respiro profundo,
antes de afirmar que sè
exactamente lo que quiero;
trato de escribirle besos,
de creer que son de verdad,
de racionalizar mi afecto,
de vivir mientras le espero.
Aùn asì, cada dìa compongo
la negaciòn de mi espera
para no desesperanzarme,
En dìas de semana, busco la soledad
bajo el eufemismo del aislamiento y del cansancio.
Aprovecho que aprendì
a maquillarme la mirada
de enamorada
con sombra color azul.
Pero eso sì,
cotidianmente,
contengo el impulso
de dibujarle corazones a su existencia
y de desdibujar mis girasoles;
espero pacientemente el dìa
de encontrarle entre mis intentos de versos
accidentalmente olvidado.
Y me exilio de la poesìa
a costa de mis honestidades,
me repito que vivo para olvidarle;
entonces me tropiezo con el contraste
del haber estado en su compañìa
Y me doy cuenta de que,
con mis ojos deshilachados de tanto quererle,
secretamente,
a todo le pongo sus pestañas

jueves, 26 de agosto de 2010

Mientras cicatrizan las distancias, las esperas y las banalidades
te idealizo.
Imagino mil reencuentros porque son seguros de imaginar.
Hago de ti la referencia correcta.
Soy honesta al decir que estoy enamorada de ti,
de la comodidad del imposible,
de las dosis correctas de palabras bonitas
y la certeza de la indiferencia,
del adiòs inferido...
Mientras cicatrizan las distancias, las mantengo;
las mantengo abiertas
y mantengo la (des)esperanza
de que mis eternidades absurdas
se conviertan al fin
en ideales de unas cuantas horas.
Y entonces, asì,
aferrada a esa ternura que sè,
no fue màs que cortesìa,
entre tristeza rutinaria
yo te ensueño...

miércoles, 25 de agosto de 2010

Pragmatismo

El mocaccino que siempre anhelo y nunca me tomo.
Los fines de semana que digo que me voy a emborrachar.
Los creyones de cera, las sombras nunca repetidas en el ojo.
Los dibujos y poemas por terminar.
Las ofensas, las distancias
La ya inùtil y pateada esperanza.
Los libros viejos,
Los pulmones llenos de humo ajeno,
El deporte y los trasnochos;
Los trasnochos y el deporte;
El trasnocho por deporte
Disfrazados de aguardar e inspirar.
Las esferas,
las esperas;
Los rectàngulos por colorear.
Los ataques de melancolìa,
Las situaciones hipotèticas.
Los reconres,
Las evasiones.
La necesidad de compañìa,
La necesidad de soledad.
Los cambios de vestuarios,
los cambios de opiniones,
Los desajustes de horarios,
Los cambios sin explicaciones:
La necesidad de siempre cambiar.
La diaria sorpresa de saberse no olvidado.
Y, màs importante aùn,
las cosas por hacer y los nombres por borrar.

lunes, 23 de agosto de 2010

Luto Blanco

Lloré como una niña
y me mecí en tu existencia de siete días,
yo sólo quiero ver tus ojos
y acurrucarme en tu corazón de algodón
-la misma textura de la que estabas hecho-
y esos ojos rojos con forma de luna,
tu nariz en forma de corazón,
tus bigotes hechos de nylon
y tus orejas que apuntaban al sol;
hasta extraño tus patas feas,
tu gula insaciable y también tu terquedad.
Como un mago eras, mi conejo albino:
ibas y venías de ningún lugar;
van tan sólo unas horas
y se me ha olvidado dos veces que no estás:
una imaginé que morías en mi ausencia
y otra te busqué de dónde solías escapar,
pero te desvaneciste en mi presencia
hoy tus orejas apuntaron a la luna
esa que hoy para mí no está
de un salto saliste de tu cuerpo
y en ella fuiste a reposar.
Hay lágrimas, mi conejo albino
que por ti llevan luto blanco
y hay tristeza que desea ser transparente
para traerte conmigo para siempre....

2007
El cielo de los conejos està en la luna, eso dicen...o eso creo....

domingo, 22 de agosto de 2010

Se ha vuelto bastante innecesario
eso de hallarle lados suaves a las cosas,
de amarlas.
Dicen que estàbamos hechos de la misma tristeza.
Yo, lamentablemente pienso,
somos antònimos de racionalidades.
Podrìamos decir que la cosa
era asì:
a mì me tranquilizan los domingos,
a ti te fascina que me tranquilicen los domingos.
La cosa
no tenìa sentido...

miércoles, 18 de agosto de 2010

Blanco

Blanco es el espacio que nos queda
despuès de habèrnoslo dicho todo,
ese eco de pànico que tememos que pase,
el no saber còmo volver a la cotidianidad,
a olvidarnos.
El saber que cada quien tiene su horror escondido,
que el de unos es peor que el de otro.

Blanco es el color de la acciòn de aferrarse,
de no querer irme,
de saber que terminamos
y regocijarnos en que seguimos existiendo.
Es el color de los puntos y finales,
de la resignaciòn de querer agregar algo màs
Es ese instante que se tiñe del anhelo
de cuando siento que debo decir algo,
cuando siento que tù me tratas de decir algo
y yo, como todos,
sè lo quejumbrosos que se le vuelven a uno los dedos
y esa sensaciòn tan fuerte de saltarse fuera de uno mismo,
del mismo cuerpo y tratar de mostrarse,
de decir "Esto es lo que sucede, maldita sea!"
No podemos hablarnos, no podemos ya mirarnos al rostro
esa mancha descolorida quedò entre ambos.
Nos morimos de sinceridad y de verguenza.

Blanco es ese instante sin nombre,
que destiñe el humor del momento,
el color de esa normalidad que subyace al pànico,
que te enmudece,
que te deja sin làgrimas,
con el pulso bajo
y los brazos entumecidos.
Blanco es el color de los sollozos
que lamentablemente no puedo acallar.
Blanco es el color de la lealtad,
del llanto compartido,
de esa palabra de consuelo que busca tener sentido.

martes, 10 de agosto de 2010

Mi filosofìa de vida es la apatìa

No es sólo cuestión de cicatrices,
es más como de ósmosis:
uno tiene tantos espacios vacíos afuera
que no le queda más que ir expulsando sentimientos
como esperando que se vuelvan personas.
Psicosomatizamos nuestras vidas
tanto que no las vivimos,
nos limitamos a padecerla.
Contamos tantas veces la misma anécdota,
decimos tantas veces las mismas palabras
que no queda de otra que resumirlas
hasta que un día todo se limita a que ya nada nos importa.
Ya todos nos conocen, ya todos nos saben,
Ya saben (sabemos) qué temas no tocar,
por cuáles lugares no pasar.
Nos acostumbramos finalmente,
asumimos tanto nuestras carencias
que nos olvidamos del pasado ya,
nuestra existencia puede reducirse
a una completa falta de recuerdos
expresada sólo por pensamientos.

martes, 3 de agosto de 2010

Sàtira en tu ausencia

Cuando sea que me propongo describir tu ausencia, empiezo con un cliché.
Y es que pacíficamente pienso en ti en noches de lluvia.
Turbiamente, cuando oigo historias de romances rotos.
Nada nuevo. Nada fuera de lo común.
Tu presencia no supo ser más agridulce que una rosa cualquiera,
ni mi espera más absurda que un cuento de hadas.
Después de todo creo que no sirvo para sufrir gentes:
Empecé a existir con la verborrea de tu recuerdo
Y de tanto vomitarle
no me quedan en mi organismo remembranzas de tu rostro
Todo se volvió eco…
Sé que fui feliz,
pero sólo porque me lo contaron.

sábado, 31 de julio de 2010

30/07/10

Le buscaba donde se juntaba el humo,
donde se conglomeraban las ansiedades de las bocas,
compartiendo el olor a cerveza y sudor de la no clandestinidad,
con tapones para los oídos imaginarios hechos de umbrales y de costumbre.
No sé por qué le busco.
Tengo la certeza de no encontrarle.
No viviría si pudiera hacerlo,
me quedaría existiendo de pura conformidad,
desfalleciendo de sensibilidades.
No, no le buscaba realmente.
Nunca lo hice.
Si vivo sólo de soledades,
de vivencias hipotéticas.
No sé exactamente qué buscaba en el techo,
donde el humo se tropieza con el concreto,
donde nos damos cuenta, no hay escape para las ansiedades.
Al final siempre regreso al suelo,
y es entonces cuando me amortiguo con mi propia piel
y empiezo a comprender ausencias.

martes, 13 de julio de 2010

Desapego II

El problema con los nombres es que le pertenecen a algo, màs especìficamente a algùn alguien. Si hablamos de personas, no podemos descuartizarlos sin dadrnos cuenta de que todos tienen las mismas partes. Por eso me resigno a quedarme corta de iniciales, tarde o temprano se repiten y ¡què curiosidad! a veces se repite la misma desilusiòn. Le desconozco, màs bien nunca le conocì. No hay nada de espeluznante en las sorpresas de este tipo, si acaso el tan ordinario deja-vù que implica. Me consuela el capricho, sè que mañana le quitarè el nombre a alguien màs, para cuando termine de escucharte ya te habrè deshumanizado.

Desapego I

Es difìcil no encontrarte,
No cuando busco algo màs.
Me quedè muda de tristezas,
de guardarme soledades.
Me quedè ciega de caricias
y buenos gestos.
Nada de sinceridad
ni honestidad de la bonita;
hace algùn tiempo que no discuto,
que no converso con alguien.
Hace algùn tiempo que nada me interesa.
No me importa nada que no deba importarme:
voy a clases, hago ejercicios y me exfolio
al menos una vez a la semana,
usualmente los domingos.
Me saco la rumba de los poros.
Las tardes son suyas, yo no salgo de dìa.
De dìa me dedico a vagar
y a pasar la resaca,
como si hubiera algo de heròico en eso.
De noche...
de noche soy multitud y soy mùsica.
No soy màs que eso,
En mi buscan a una persona o quizà un objeto.
No soy nada de eso.
Soy un conglomerado de pensamientos,
una corriente de quizàs
que apaga el desamor a cuesta de mantras.

domingo, 10 de enero de 2010

Las moscas sí mueren de amor.

Las horas pasan tan rápido
desde que te marchaste.
Se ocupan y liberan,
exhudan paz.
Entonces te reduzco a letras, poco a poco
hasta llegar a la única inicial.
Te reduzco a letras
para matarte(matarnos) de a poquito.
Te deshumanizo
por la falta de humanidad
que siento en tus manos,
por las patadas que me das en el estómago,
por el temblor y las naúseas
que me da pensar en nosotros.
Te deshumanizo
por borrarme los recuerdos,
por pulverizarlos a pisotones,
porque los pulverizo a pisotones
y a maldiciones los espanto,
y entonces me vuelvo loca de amor
y a mi lado se mueren las moscas.