viernes, 24 de septiembre de 2010

Doce

Cuando te conocimos eras el de los ojos color miel
de un aparente cristal angèlico.
Con los años eras el carismàtico,
de calidez y amistad inagotables,
el que reconciliaba a estas siete damas
con el otro gènero,
nuestro corazòn de hombre,
nuestro màs alegre compañero.
Siete dìas ya
e inagotables recuerdos;
la infamia de tus ojos ahora desesperanzadoramente cerrados,
el cèsped abrazando tu nombre de màrmol;
el tràgico y resignado adiòs a un hombre que siempre fue niño,
nosotros once, acà, extrañàndote;
la certeza de este mundo acà, necesitàndote...

a Erick Alfonso
06/08/1990 - 17/09/2010

martes, 14 de septiembre de 2010

Objetos familiares

Cruzo umbrales ajenos,
me limito a relaciones de apenas
unos pocos metros cuadrados.
celdas de desamor,
almohadas
en las que hundir el rostro
para asimilar recuerdos
de los que presumir.
Soledades autoimpuestas
o compañìas pasajeras.
Yo entre simbolismos
de raciocinios que desconozco,
de filosofìas de cartòn,
de ensueños inùtiles,
de pelìculas de amor.
Reflexiones innecesarias,
retrocesos,
indiferencia.
Cruzo umbrales rotos,
umbrales cerrados.
(In)decisiones quimèricas.
Libros viejos deshacièndose en mis manos.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Camas escritas

Me quieres
siendo beso o verso,
poema
o desnudez;
me quieres atada a rimar tus motivos,
con mi lengua conflictiva,
con amor en la entrepierna.
Quieres una eterna yo poetizando làgrimas
en la utopìa de una relaciòn.
Una eterna yo,
enternecidamente abandonada,
que entre sombras de ventiladores en movimiento
estè siempre escribèndote camas.
Pero yo,
yo soy responsable de mis abandonos
y los ùnicos versos que actualmente te escribo,
con excepciones, suelen ser prestados.

Los nombres

Nunca serà como le espero.
Le cambio el suelo a mis pies
desfalleciendo de pura necesidad.
Su falta de sinceridad,
su ausencia me ha hurtado el pecho.
De repente sè que soy libre
porque no asimilo mi tristeza:
el cuerpo de una mujer,
despuès de todo,
està hecho de evasivas.
Yo me he vuelto una evasiva,
de nuevo le cambio el suelo a mis pies,
se me escapa un 'tù' honesto;
entonces corro entre ventanas
y con mis ojos
azules de puro reflejo,
con mi amor
innecesario
y casi extinto
me percato horrorizada de que
èl se ha vuelto un sìmbolo.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Complicada y dolorosamente honesta

No sè si me estoy volviendo cìnica
o simplemente estùpida;
si estoy siendo pràctica
o me estoy tomando todo muy a pecho.
Hablo del pasado con tan fingida naturalidad
que mis gestos me delatan:
soy dolorosamente honesta conmigo misma.
Sigo adelante, reciclo ese sentimiento inùtil
que me hace pensar que quizà le extrañe.
Siempre respiro profundo,
antes de afirmar que sè
exactamente lo que quiero;
trato de escribirle besos,
de creer que son de verdad,
de racionalizar mi afecto,
de vivir mientras le espero.
Aùn asì, cada dìa compongo
la negaciòn de mi espera
para no desesperanzarme,
En dìas de semana, busco la soledad
bajo el eufemismo del aislamiento y del cansancio.
Aprovecho que aprendì
a maquillarme la mirada
de enamorada
con sombra color azul.
Pero eso sì,
cotidianmente,
contengo el impulso
de dibujarle corazones a su existencia
y de desdibujar mis girasoles;
espero pacientemente el dìa
de encontrarle entre mis intentos de versos
accidentalmente olvidado.
Y me exilio de la poesìa
a costa de mis honestidades,
me repito que vivo para olvidarle;
entonces me tropiezo con el contraste
del haber estado en su compañìa
Y me doy cuenta de que,
con mis ojos deshilachados de tanto quererle,
secretamente,
a todo le pongo sus pestañas