jueves, 26 de agosto de 2010

Mientras cicatrizan las distancias, las esperas y las banalidades
te idealizo.
Imagino mil reencuentros porque son seguros de imaginar.
Hago de ti la referencia correcta.
Soy honesta al decir que estoy enamorada de ti,
de la comodidad del imposible,
de las dosis correctas de palabras bonitas
y la certeza de la indiferencia,
del adiòs inferido...
Mientras cicatrizan las distancias, las mantengo;
las mantengo abiertas
y mantengo la (des)esperanza
de que mis eternidades absurdas
se conviertan al fin
en ideales de unas cuantas horas.
Y entonces, asì,
aferrada a esa ternura que sè,
no fue màs que cortesìa,
entre tristeza rutinaria
yo te ensueño...

miércoles, 25 de agosto de 2010

Pragmatismo

El mocaccino que siempre anhelo y nunca me tomo.
Los fines de semana que digo que me voy a emborrachar.
Los creyones de cera, las sombras nunca repetidas en el ojo.
Los dibujos y poemas por terminar.
Las ofensas, las distancias
La ya inùtil y pateada esperanza.
Los libros viejos,
Los pulmones llenos de humo ajeno,
El deporte y los trasnochos;
Los trasnochos y el deporte;
El trasnocho por deporte
Disfrazados de aguardar e inspirar.
Las esferas,
las esperas;
Los rectàngulos por colorear.
Los ataques de melancolìa,
Las situaciones hipotèticas.
Los reconres,
Las evasiones.
La necesidad de compañìa,
La necesidad de soledad.
Los cambios de vestuarios,
los cambios de opiniones,
Los desajustes de horarios,
Los cambios sin explicaciones:
La necesidad de siempre cambiar.
La diaria sorpresa de saberse no olvidado.
Y, màs importante aùn,
las cosas por hacer y los nombres por borrar.

lunes, 23 de agosto de 2010

Luto Blanco

Lloré como una niña
y me mecí en tu existencia de siete días,
yo sólo quiero ver tus ojos
y acurrucarme en tu corazón de algodón
-la misma textura de la que estabas hecho-
y esos ojos rojos con forma de luna,
tu nariz en forma de corazón,
tus bigotes hechos de nylon
y tus orejas que apuntaban al sol;
hasta extraño tus patas feas,
tu gula insaciable y también tu terquedad.
Como un mago eras, mi conejo albino:
ibas y venías de ningún lugar;
van tan sólo unas horas
y se me ha olvidado dos veces que no estás:
una imaginé que morías en mi ausencia
y otra te busqué de dónde solías escapar,
pero te desvaneciste en mi presencia
hoy tus orejas apuntaron a la luna
esa que hoy para mí no está
de un salto saliste de tu cuerpo
y en ella fuiste a reposar.
Hay lágrimas, mi conejo albino
que por ti llevan luto blanco
y hay tristeza que desea ser transparente
para traerte conmigo para siempre....

2007
El cielo de los conejos està en la luna, eso dicen...o eso creo....

domingo, 22 de agosto de 2010

Se ha vuelto bastante innecesario
eso de hallarle lados suaves a las cosas,
de amarlas.
Dicen que estàbamos hechos de la misma tristeza.
Yo, lamentablemente pienso,
somos antònimos de racionalidades.
Podrìamos decir que la cosa
era asì:
a mì me tranquilizan los domingos,
a ti te fascina que me tranquilicen los domingos.
La cosa
no tenìa sentido...

miércoles, 18 de agosto de 2010

Blanco

Blanco es el espacio que nos queda
despuès de habèrnoslo dicho todo,
ese eco de pànico que tememos que pase,
el no saber còmo volver a la cotidianidad,
a olvidarnos.
El saber que cada quien tiene su horror escondido,
que el de unos es peor que el de otro.

Blanco es el color de la acciòn de aferrarse,
de no querer irme,
de saber que terminamos
y regocijarnos en que seguimos existiendo.
Es el color de los puntos y finales,
de la resignaciòn de querer agregar algo màs
Es ese instante que se tiñe del anhelo
de cuando siento que debo decir algo,
cuando siento que tù me tratas de decir algo
y yo, como todos,
sè lo quejumbrosos que se le vuelven a uno los dedos
y esa sensaciòn tan fuerte de saltarse fuera de uno mismo,
del mismo cuerpo y tratar de mostrarse,
de decir "Esto es lo que sucede, maldita sea!"
No podemos hablarnos, no podemos ya mirarnos al rostro
esa mancha descolorida quedò entre ambos.
Nos morimos de sinceridad y de verguenza.

Blanco es ese instante sin nombre,
que destiñe el humor del momento,
el color de esa normalidad que subyace al pànico,
que te enmudece,
que te deja sin làgrimas,
con el pulso bajo
y los brazos entumecidos.
Blanco es el color de los sollozos
que lamentablemente no puedo acallar.
Blanco es el color de la lealtad,
del llanto compartido,
de esa palabra de consuelo que busca tener sentido.

martes, 10 de agosto de 2010

Mi filosofìa de vida es la apatìa

No es sólo cuestión de cicatrices,
es más como de ósmosis:
uno tiene tantos espacios vacíos afuera
que no le queda más que ir expulsando sentimientos
como esperando que se vuelvan personas.
Psicosomatizamos nuestras vidas
tanto que no las vivimos,
nos limitamos a padecerla.
Contamos tantas veces la misma anécdota,
decimos tantas veces las mismas palabras
que no queda de otra que resumirlas
hasta que un día todo se limita a que ya nada nos importa.
Ya todos nos conocen, ya todos nos saben,
Ya saben (sabemos) qué temas no tocar,
por cuáles lugares no pasar.
Nos acostumbramos finalmente,
asumimos tanto nuestras carencias
que nos olvidamos del pasado ya,
nuestra existencia puede reducirse
a una completa falta de recuerdos
expresada sólo por pensamientos.

martes, 3 de agosto de 2010

Sàtira en tu ausencia

Cuando sea que me propongo describir tu ausencia, empiezo con un cliché.
Y es que pacíficamente pienso en ti en noches de lluvia.
Turbiamente, cuando oigo historias de romances rotos.
Nada nuevo. Nada fuera de lo común.
Tu presencia no supo ser más agridulce que una rosa cualquiera,
ni mi espera más absurda que un cuento de hadas.
Después de todo creo que no sirvo para sufrir gentes:
Empecé a existir con la verborrea de tu recuerdo
Y de tanto vomitarle
no me quedan en mi organismo remembranzas de tu rostro
Todo se volvió eco…
Sé que fui feliz,
pero sólo porque me lo contaron.