martes, 13 de julio de 2010

Desapego II

El problema con los nombres es que le pertenecen a algo, màs especìficamente a algùn alguien. Si hablamos de personas, no podemos descuartizarlos sin dadrnos cuenta de que todos tienen las mismas partes. Por eso me resigno a quedarme corta de iniciales, tarde o temprano se repiten y ¡què curiosidad! a veces se repite la misma desilusiòn. Le desconozco, màs bien nunca le conocì. No hay nada de espeluznante en las sorpresas de este tipo, si acaso el tan ordinario deja-vù que implica. Me consuela el capricho, sè que mañana le quitarè el nombre a alguien màs, para cuando termine de escucharte ya te habrè deshumanizado.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Nos hacemos tan crueles con cada uno de los que pasan por nuestra vida,no? Nada mejor que una declaración visceral sobre lo que es arrancarlos.

Para haberme dicho que tienes tiempo sin escribir pues lo leo bastante fluido, concreto, nada forzado. Las ultimas tres lineas tienen simplemente una cadencia @.@ genial (sí, lo leí en voz alta).Me gusto leerlo, aunque también debe influir el hecho de que es en el momento correcto.

Como hacen bien las palabras? no me digas que no lo extrañaste

Anónimo dijo...

En mi vida hay muchos nombres que quisiera borrarlos del todo y no quiero caer en el cliché de que esas personas me hicieron lo soy hoy en día, pero simplemente borrarl@s por querer hacer de mí alguien que no soy y espero no ser...es bueno leer algo nuevo y más cuando fue escrito el día de mi cumpleaños...cuidate nos leemos luego...